Una España Republicana que defendió y por la que estuvo encarcelado. Una Republica Española de Trabajadores por la que siguió luchando y que incluso dentro de la gran generosidad que manifestaba, no creo que viera reflejada en una casa real heredera del franquismo, en mi opinión y en la de los muchos republicanos que silbamos el enorme ego por estar junto al principito (que mostro sus respetos ante alguien a quien no tiene más remedio que mostrárselo) de Fernández Toxo, actual secretario de CCOO, que no debió ver la enorme cantidad de banderas tricolores. Dijo muchas verdades y por un momento se volvió a reconocer en sus palabras a las CCOO combativas, luchadoras y sin domesticar de Marcelino y sus camaradas, debería leerlas de vez en cuando y recordarlas muy a menudo.
Marcelino Camacho mostro siempre una enorme convicción en todo lo que decía, una convicción que le costó algún que otro disgusto, pero se mantuvo siempre firme, siempre al lado de los trabajadores. A quien le escucho alguna vez estoy seguro que le germino en el interior la semilla de la lucha obrera, prepararse física e intelectualmente para ser trabajadores con dignidad y no siervos, “trabajar cantando y vivir soñando”. Ahora nos queda Josefina, también luchadora implacable siempre firme, a la que deberemos demostrar que la lucha de Marcelino y la suya siguen y no nos daremos fácilmente por vencidos, “si uno cae, se levanta inmediatamente y sigue luchando”. “Seguiremos siempre adelanta, siempre a la izquierda”, como apunto muy acertadamente José Luis Centella, secretario general del PCE.
“NI NOS DOMARON, NI NOS DOBLARON, NI NOS VAN A DOMESTICAR”
Marcelino Camacho