viernes, 17 de septiembre de 2010

PRIMERO LOS DERECHOS SOCIALES AHORA LOS LABORALES

Nos han querido convencer con la repetitiva frase de “hay que arrimar el hombro” que con la pérdida de derechos sociales de la clase obrera y la austeridad de las familias de clase obrera se sale de la crisis. Pero ¿quién sale de la crisis? Porque las grandes fortunas, la banca, la gran patronal y una buena parte de la clase política, léase PP y PSOE (puesto que si ellos han puesto nombre y apellidos, CLASE OBRERA, a los que tenemos que pagar la elevada factura tanto económica como social de esta situación, justo es que también pongamos nombre a los verdaderos causantes de tal situación), son las únicas que no sufren medidas ni recortes significativos y además se les ayuda a parapetar sus enormes fortunas y excesivo nivel de vida. Su miedo a perder su alto nivel adquisitivo ha sido la única que ha salido, y sale continuamente, de la crisis con inyecciones de dinero público, el mismo que se niega al resto de ciudadan@s como hemos visto más arriba, sin que esto repercuta de manera alguna en quienes realmente si sufrimos las consecuencias de la crisis y la pagamos con pérdidas económicas y sociales.
Parece que esto es poco pago y ahora también se nos quiere desposeer, en un ataque frontal y directo a la clase obrera, de los medios y herramientas que poseemos l@s trabajadoras /es para garantizar el sustento de nuestras familias y la dignidad a la hora de ser trabajadores/as y personas, no solo simples piezas de una maquinaria, como pretende convertirnos la actual REFORMA LABORAL.
Una reforma laboral regresiva que:
- No da ninguna pauta para la creación de empleo como solución al problema, sino que centraliza toda solución en despidos más rápidos y baratos, destruyendo empleo.
- Facilita el despido al suavizar al mínimo las causas económicas que debe demostrar una empresa para que este sea objetivo. Al mismo tiempo aumenta considerablemente el abanico de posibilidades para las causas técnicas, organizativas y de producción (cualquier cambio en el ámbito en los medios o instrumentos de producción, en los sistemas y medios de trabajo o en la demanda de productos y servicios) sean suficientes para un despido objetivo, que supone 20 días de indemnización. Se baja el tiempo de preaviso al trabajador a 15 días, reduciendo así la capacidad de recurrir al trabajador y de buscar un nuevo trabajo. Los defectos de forma no anulan el despido. Además estas causas también son aplicables a los despidos colectivos.
- Encoge cada vez más los derechos de l@s trabajadoras/es dando a la empresa más poder para decidir de forma unilateral la modificación de horarios, movilidad geográfica y funcional.
- Y lo más importante, la debilitación de la negociación laboral al facilitar que el empresario no cumpla los compromisos adquiridos en los convenios colectivos, dejando de este modo al trabajador indefenso legalmente ante los atropellos patronales.

En definitiva una reforma laboral que hace culpable a l@s trabajadoras/es de la actual situación de crisis, cargando sobre sus espaldas el coste de esta. Y continuara hasta que consigan que pasemos de dign@s trabajadoras/es a sumisos siervos dominad@s por especuladores.
No podemos quedarnos impasibles ante estos atropellos, dejando a nuestr@s hij@s un futuro desolador y precario en el que el trabajo no será una manera de sustento social y personal, sino una imposición de unos pocos para vivir cómodamente sin saber lo que es trabajar.
Tenemos en la mano la oportunidad de parar esta denigración continua a la clase trabajadora el próximo 29 de septiembre con una primera acción que demuestre la fuerza de l@s trabajadoras/es apoyando la
HUELGA GENERAL

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