lunes, 29 de marzo de 2010
MIGUEL HERNÁNDEZ: PASTOR, POETA Y COMUNISTA
Hace 68 años y un dia que nos privaron de seguir disfrutando de la palabra del poeta y comunista Miguel Hernández. No murió en el frente, ni fue fusilado, como muchos de sus compañeros. Murió en una oscura y solitaria celda, igual que muchos de sus camaradas, como si sus verdugos pretendieran así condenarle al olvido y apagar la pasión que sus versos encendían en las filas republicanas, empujando a tantos hombres y mujeres en su lucha por la libertad.
Ian Gibson (hispanista) ha dicho de él que “es un símbolo de una España que pudo ser y no fue”. Una España, la que pudo ser, que hubiera crecido y madurado leyendo su poesía aprendiendo de la visión de, en palabras de José Luis Centella (secretario general del PCE), un “poeta que es patrimonio de todo un pueblo, pero que a la vez representa unos valores concretos de defensa de la justicia social, la democracia popular y el antifascismo militante, todo ello desde su militancia comunista”. Desde una militancia comunista que pasó a formar parte de su personalidad haciendo que el pastor de Orihuela pasara a ser el “viento del pueblo”, soplando con fuerza, intentando impedir que el paso de la bota fascista, convirtiera en tierra yerma los pastos que tantas veces, en su niñez, sirvieron para inspirar esos primeros versos de juventud, mientras cuidaba del rebaño de cabras. Una militancia comunista que paso a ser su musa al escribir, le mostro el camino del mundo en el que le hubiese gustado seguir escribiendo sus versos para la libertad.
Una militancia y una visión del mundo, la comunista, que iba unida, o más bien entrelazada e inseparable a su poesía, pese a todos los que en el centenario de su nacimiento pretenden que así no sea, pese a todos los que quieren desligar la poesía del poeta, como si Miguel Hernández tuviese que avergonzarse de su militancia, pensamientos e ideología, pese a todos ellos “es que fue comunista”, como expreso acertadamente Rafael Reig en su último artículo en Público.
Pero venció la otra España, la que no fue pero se perpetuo, y se sigue perpetuando. La que dejo que su luz se apagara tras las rejas, que la falta de libertad ahogara sus versos en la más negra oscuridad.
Pero no lo consiguió, la luz de su poesía consiguió vencer a la oscuridad del fascismo y se convirtió en luz para muchos de los luchadores por la libertad durante muchos años, incluso hoy en día, aunque quieran desvirtuarnos su vida y su poesía, porque, sí, Miguel Hernández fue pastor, poeta y también comunista.
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Su lucha sigue vigente:
ResponderEliminaryugos os quieren poner
gentes de la hierba mala
yugos que habreis de dejar
rotos sobre sus espaldas.